El grupo visitante estuvo integrado por 28 estudiantes desde 1º ESO a 1º Bachillerato, Emilio Gómez (padre de alumna), la profesora Elena García y los profesores Manuel Quirós y Pablo Acosta. Nos recibieron otros tantos estudiantes y actuaron como principales anfitriones los profesores Gabriel del Corral y Rafael Yusta y las profesoras Vanesa y Mª Carmen Ruiz. Otros docentes también conversaron con el grupo de Granada destacando la directora Micaela Marín a quien pudimos felicitar por las numerosas iniciativas del Instituto.
Nada más entrar en el centro, sorprende el hall con múltiples paneles, modelos tridimensionales colgando del techo y, sobre todo la simulación de un gran árbol de colores que ocupa la parte central y del que cuelgan mensajes alusivos al consumo de agua.
La mañana empezó en el salón de usos múltiples con una actividad para romper el hielo entre el alumnado de los dos institutos. A continuación, el grupo se dividió en seis equipos y cada equipo realizó una actividad diseñada por el Laboratorio de Igualdad. A diferencia de la Comisión de Igualdad de La Madraza, que se reúne en los recreos, el Laboratorio de Igualdad es una asignatura formal que se ofrece como optativa al alumnado de la ESO. El alumnado que se forma en esta materia organiza actividades para el resto del Instituto.
El recreo fue un momento sorprendente. Todos los viernes organizan lo que denominan punto de encuentro. En un lugar preestablecido del patio colocan una serie de mesas con bizcochos caseros hechos por docentes y madres y la gente se acerca a comprar un trozo de bizcocho; lo recaudado se destina a un fin solidario. También se distribuye fruta de temporada (fresas el día de nuestra visita) para fomentar la alimentación saludable. Quienes sirven no recogen el dinero sino que se forma una cola en la que primero canjean el dinero por un ticket. El punto de encuentro se anima con música y con intervenciones del profesor Antonio Carreño y de alumnado que tiene mensajes relacionados con el tema de cada día; en nuestro caso con múltiples alusiones a la visita de La Madraza y también al movimiento contra el cambio climático iniciado por Greta Thumberg. Están tratando este tema en las últimas semanas; se trata de los «viernes verdes» porque piden a todo el mundo que lleve una camiseta de ese color. En un bote se depositaron mensajes alusivos al cambio climático para enterrar en una cápsula del tiempo y se acordó escribir una carta conjunta de ambos centros al Ministerio de Medio Ambiente. Cuando el tiempo lo permite, en el punto de encuentro hay baile, juegos de mesa y cada viernes puede tener un matiz diferente dependiendo de efemérides o acontecimientos de actualidad (en otoño asan castañas, en febrero hacen crêpes…).
En la organización del punto de encuentro tiene un papel destacado el grupo de Necesidades Educativas Especiales del Instituto; es en su aula donde se prepara la comida con la colaboración de alumnado de otros grupos. También destacamos el papel de las familias: el día de nuestra visita cuatro madres habían preparado bizcochos y estuvieron todo el recreo colaborando en el reparto. Normalmente son tres madres y tres docentes voluntarios quienes aportan bizcochos; hay tanta participación que solo les toca una vez cada trimestre.
A continuación los chicos y chicas que componen el Club de Lectura nos recibieron en la biblioteca que está en el hall principal; no pudo estar presente la profesora de Lengua que es la principal animadora de la biblioteca y del Club de Lectura. Después de explicar las diferentes secciones de la biblioteca y su funcionamiento, detallaron lo que hacen en sus reuniones: durante los recreos de los miércoles se reúnen en el «rincón de la lectura», varios bancos al aire libre junto al huerto, y comentan lo que han leído durante la semana; también suele haber monólogos y chistes. Además, se ocupan de la decoración de la biblioteca y cuentan con un tablón de sugerencias en el que anotan los libros que no están en el Instituto y que les gustaría que se adquiriesen. La cuenta de Twitter de BIBLIOMIRAYA COMUNICA es @comunicacreando.
El Taller de Reciclaje y Medio Ambiente se imparte en un antiguo laboratorio, muy amplio, en el que se llevan a cabo diversas tareas manuales: elementos decorativos con material reciclado, palés como soportes para macetas, fabricación de jabón, etc. Este taller es una asignatura optativa de dos horas semanales que se imparte en 1º ESO y 2º ESO a la vez que Francés; cuentan con cuatro grupos con un máximo de quince estudiantes en cada grupo. De las dos horas semanales una la dedican a los exteriores: trabajos en el huerto, limpieza de arriates, poda de árboles, riego de macetas, pintura de bancos… Prácticamente no necesitan contratar mantenimiento adicional. Las herramientas y los materiales propios del huerto se costean parcialmente con una subvención de PROEDUCAR.
Las verduras y hortalizas cosechadas en el huerto se venden en el punto de encuentro y así se ingresa más dinero para fines solidarios. El huerto del Miraya es muy amplio y funciona bien desde hace años, pero ahora tienen prevista una ampliación destinada a personas con movilidad reducida: las mesas de cultivo estarán elevadas y el suelo de cemento les permitirá moverse con facilidad. En esta iniciativa participan el ciclo formativo de Proyectos de Edificación y el ciclo de Atención Sociosanitaria; la instalación se construye gracias a una subvención de la Caixa.
El alumnado de Granada que participó en este taller de medio ambiente estuvo empaquetando jabón y gafas graduadas que se envían a Togo en el contenedor que envían todos los años las ecoescuelas de Marchena. Este contenedor incluye aportaciones de otras ecoescuelas; La Madraza, por ejemplo, contribuye con el material esoclar que reunió en el primer trimestre.
El alumnado que forma el Club de Manga nos recibió en el salón de usos múltiples y nos enseñó a realizar dibujos sencillos siguiendo las instrucciones de una chica experta en manga. Este Club lo forman varias personas que se reúnen de forma autónoma, tres recreos cada semana, para aprender japonés, dibujar y ver series japonesas. En el mismo salón el alumnado de Granada asistió a una sesión de yoga dirigida por chicas del Miraya que se han formado en esta disciplina.
En un momento de la mañana nos cruzamos con la patrulla de limpieza cuyo funcionamiento es distinto al de La Madraza. Todos los días hay una clase que tiene asignada la limpieza de patios y lo hacen a cuarta o quinta hora de la mañana. No participa toda la clase sino las personas que voluntariamente se han ofrecido para esta tarea. Vimos a unos diez estudiantes de 16 años que iban provistos de guantes y bolsas. Hay que resaltar que en La Madraza tenemos casi la mitad de clases que en Miraya del Mar por lo que, de implantar un sistema así, a cada clase le tocaría el turno de limpieza cada tres semanas.
No tienen un punto limpio en el que estén concentrados todos los tipos de contenedores pero, a diferencia de La Madraza, sí tienen un lugar para depositar residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) que se encuentra situado fuera del edificio, pero en una zona cubierta. Cuando el contenedor de RAEE se llena, llevan los residuos al punto limpio en coches del profesorado y de padres y madres.
Además de las actividades realizadas a lo largo de la mañana fue muy interesante conocer las instalaciones del Instituto y los múltiples elementos decorativos. En lugar de describirlos ofrecemos aquí una colección de imágenes.
Estaba previsto completar la jornada comiendo en la playa, pero la intensa lluvia lo impidió. El encuentro terminó con un juego de despedida y una foto de familia, pero tendremos muy presente lo vivido en Torre del Mar y seguro que inspirará nuevas actuaciones y mejoras en La Madraza. ¡Muchas gracias, Miraya!