En esta ocasión, a través de Los lunes…Poesía queremos acercarnos al mundo del Autismo con motivo del Día Internacional sobre la Concienciación de este Trastorno celebrado el pasado dos de abril en todo el mundo.

Para ello, presentamos unos poemas escritos con el corazón de unas madres con niños autistas a sus hijos. Por supuesto, dedicamos hoy nuestra sección a Alejandro, Andrés, Antonio, Blanca, Pedro… y a sus familias.

POEMA A MI HIJO AUTISTA

Quiero para este año nuevo muchos regalos.
Mirar siempre a mi hijo para entender cuando habla en sus silencios.

Quiero escuchar sus tristezas en esos ojos tan bellos,
tan limpios y poder transformarlas en alegrías.

Y poder escuchar su llanto si su corazón
llora aún a través de sus sonrisas.

Y encontrar su felicidad entre esas frases que
él se empeña en repetir una y otra vez
y que, a veces, por más que intento no entiendo.

Pido mucha fuerza y paciencia para seguir junto a él,
hombro a hombro en esta lucha a la que no me ha llamado.

Seguir siendo una necia para alentarlo, apoyarlo y sacarlo adelante
a pesar que me digan que no se puede.
Porque no me voy a ir, aquí me voy a quedar siempre,
porque soy su Madre y lo llevo en mi corazón,
porque soy su amiga y siempre seré leal a su causa (autismo),
porque soy su compañera de estas batallas
que perdidas o ganadas me ayudan a salir,
más fuerte y más valiente,
que vuelven mi corazón más resistente
y me hacen agradecida por estar a su lado para Siempre.

Con Amor, tu Madre que te Ama y sueña sólo con verte Feliz.
Jezrael Luna

 

TÚ, MI MUNDO

Naciste, y llenaste nuestro mundo de paz,
de serenidad, de calma,
de ternura, dulzura, de felicidad.

Crecías, y lo llenabas de sonidos,
de sonrisas, de carcajadas,
de gestos, de  miradas, reclamos,
de juegos, palmas y cánticos,
de tus primeras palabras,
tus primeros pasos…

Seguiste creciendo y, de pronto,
sin saber cómo, todo cambió.
Te marchaste tesoro, dicen que a tu mundo,
rodeado por un muro invisible…
Y ni mis besos, mis abrazos,
ni toda la fuerza de mi amor
lo pudieron romper.

Llegó el mirar sin ver,
el estar sin estar,
el doloroso y profundo silencio.
Te llamaba y tú no me oías,
mi voz era como un eco
sin sentido para ti.

Y yo… Decidí irme a tu mundo
a encontrarte (…)
Me enseñaste tantas cosas, mi amor,
no hay mentiras ni falsedad,
todo es puro, no existe la maldad (…)

El muro poco a poco se desvanece,
nuestro mundo ya es el mismo,
lo seguimos construyendo,
no está todo conseguido.

A veces, te vas de nuevo,
y yo, te miro tranquila,
sé cómo hacerte volver
a este mundo tuyo y mío,
lleno de carcajadas,
abrazos, besos
y de fugaces miradas.

Tú, mi mundo, mi cielo y mi mar,
mi sol y mis estrellas, mi día y mi noche,
mi alegría y también mi pena,
mi TODO, mi HIJO DEL ALMA.
Mi razón de vivir, de avanzar, de ganar mil batallas,
de surgir cual ave Fénix y no aceptar la derrota,
porque tú lo mereces todo, yo lo conseguiré para TI.

Te quiero hijo lindo.  MAMÁ Menchu Gallego