Mostramos aquí la composición del agua de la charca en el mes de agosto de 2020. Los parámetros químicos son aceptables y similares a los de ocasiones anteriores. Durante este verano se ha retirado buena parte de la vegetación de las orillas (favoreciendo especies como el carrizo y la cola de caballo) así como las eneas que invadían el interior de la charca lo que ha supuesto remover el fondo y que se enturbiara mucho el agua, pero con el paso de los días se ha ido asentado el material en suspensión y el agua se ha aclarado mostrando que una buena parte del fondo está cubierto por algas caráceas que constituyen la base ideal para este ecosistema acuático. Estas algas sirven de refugio y de alimento a muchos animalillos.
Los animales más llamativo, después de la familia de gatos que merodea la charca, son las ranas. Pasan largos ratos en la superficie del agua con las patas extendidas llamando la atención por sus patas traseras muy largas. También se observan algunos renacuajos de rana (bastante grandes) lo que asegura la siguiente generación. Sobrevolando la charca tenemos varias especies de libélulas y caballitos de diablo; la más abundante es la libélula roja. Muy cerca de la superficie del agua vuelan torpemente las diminutas efímeras que probablemente sirvan de alimento a las libélulas. Entre los animales subacuáticos destacamos los nadadores de espaldas, las larvas de libélula y pequeños animalillos del zooplancton: dafnias, ostrácodos y otros animalillos con un tamaño aproximado de 1 milímetro que, a pesar de su pequeño tamaño, se pueden descubrir por sus activos movimientos.
Durante este verano se han introducido zapateros en la charca ya que no los teníamos desde el primer año de existencia de la charca; sin embargo, han desaparecido en pocas horas. Pensamos que las ranas se comen los zapateros y que si tuvimos una buena población de zapateros al principio fue porque todavía no había ranas.