La siguiente gráfica muestra los resultados del análisis del agua de la charca correspondientes al mes de febrero. Excluyendo los datos de cloro cuya medida no es fiable por defecto en el papel indicador, todos los parámetros químicos son buenos o muy buenos.

Esto contrasta con la abundancia de algas filamentosas que sugiere que el agua no está bien. Se trata solo de una capa superficial y bajo ella el agua es transparente y con abundante vida como ha determinado el alumnado del Taller de Naturaleza: daphnias, copépodos y ostrácodos son abundantes y constituyen el zooplancton. Entre los insectos acuáticos destacan los barqueros acuáticos, las efímeras y las larvas de libélula (ver vídeo) y, entre los anfibios, contamos con dos especies: las ranas, ya muy activas, y los renacuajos de sapo que todavía no están bien formados y apenas se mueven. El principal problema que suponen las algas de la superficie, también llamadas algas ova, es que no nos dejan ver el fondo y por eso son retiradas manualmente.

A pesar de que estamos a mitad de febrero el ambiente es primaveral. En el jardín ya han florecido el romero y la jara blanca; en la charca vemos las primeras flores del cerezo rojo situado en una de sus orillas.