Mostramos la composición química del agua de la charca correspondiente al 30 de noviembre. Todos los parámetros se encuentran en el rango de lo óptimo o lo aceptable. Llama la atención el nivel ligeramente elevado de cloro como ya ocurrió en las dos ocasiones anteriores. El único origen que se nos ocurre para el cloro es el relleno de la charca con agua de grifo y esto no se ha hecho en bastante tiempo, así que sospechamos que se trata de un defecto del papel indicador y convendría usar otro diferente.
El agua está transparente, pero apenas se ve el fondo por la proliferación de las algas filamentosas. Las isletas centrales se han tornado marrones porque las aneas y carrizos adquieren este color en invierno; las orillas sí se mantienen verdes gracias a los juncos y el maestranzo. A pocos centímetros por encima del agua revolotean algunas efímeras, pero la actividad de la fauna está muy reducida y es difícil ver ranas porque ya están hibernando.