El 19 de diciembre el Comité Ecosocial realizó una salida en lugar de la reunión que suele celebrar mensualmente. Veinticinco personas se desplazaron hasta el pequeño pueblo de Trasmulas (alrededor de 150 habitantes) para conocer el albergue rural Choza de Trasmulas y la Asociación Intercultural Life, con la intención de aprender de su experiencia y llevar ideas nuevas a La Madraza.
Regina Wedenburg (Nani) y Katrin Alban, fundadoras del proyecto, nos explicaron las peculiaridades de la Choza de Trasmulas que es una construcción ecológica con una estructura de vigas de madera y paredes de barro y paja. Se usó un encofrado de rollos de caña y las paredes se completaron con un enlucido de cal hidráulica. Estos materiales proceden de los alrededores por lo que su huella ecológica es mínima; en general procuraron no utilizar el cemento y el hierro. Los materiales de las paredes, dada su inercia térmica, ayudan a mantener temperaturas confortables. Además, la electricidad procede de placas fotovoltaicas propias y la calefacción se obtiene de una caldera de biomasa. Todo ello hace que el albergue tenga la máxima calificación energética (A). La flexibilidad de la estructura le confiere una gran resistencia ante terremotos.
El trabajo de construcción fue realizado por un centenar de voluntarios y voluntarias de varios países de Europa que se fueron relevando a lo largo de un año. Se trata de una obra ecológica y de uso público pionera en un pueblo (sí hay casas así en mitad del campo).
Las comidas en el albergue son ecológicas y, siempre que es posible, se cocina con productos de proximidad (agroecología). El personal que trabaja en la Choza de Trasmulas es de la propia localidad con lo que se pretende favorecer a los vecinos y vecinas y ayudar a que la población se asiente, así que podemos considerarla una empresa de economía social.
El albergue está disponible para todos los públicos (por ejemplo, familias que acuden los fines de semana), pero su uso más típico es como sede de encuentros de jóvenes que participan en programas internacionales organizados por la Asociación Intercultural Life. Con frecuencia se reúnen grupos de 25-30 personas durante 7-10 días para participar en programas de educación no formal relacionados con el crecimiento personal, la diversidad cultural, el medio ambiente, la gestión de conflictos, la participación ciudadana, etc.
Estos encuentros se subvencionan con fondos Erasmus+ o de la Oficina Francoalemana para la Juventud que permiten, por ejemplo, que los jóvenes españoles, franceses y alemanes que se reúnen en Trasmulas vuelvan a encontrarse ese mismo año en Francia y Alemania. A diferencia de los intercambios Erasmus realizados en La Madraza, el alojamiento no tiene lugar en familias sino en el albergue.
Marina Mendoza, coordinadora de voluntariado de la Asoaciación Intercultural Life, guió al grupo de La Madraza en un recorrido por el pueblo y explicó que, además de los intercambios Erasmus+ (para mayores de 13 años), también gestionan el voluntariado europeo dependiente del Cuerpo Europeo de Solidaridad. Facilitan el que jóvenes españoles, de 18 a 30 años, realicen estancias en países extranjeros (europeos y del norte de África) durante períodos que oscilan entre dos meses y un año, con casi todos los gastos pagados. En Trasmulas reciben jóvenes extranjeros, hasta seis personas en viviendas diferentes al albergue, que realizan labores de mejora del pueblo (jardineras, cartelería, adecuación de la antigua escuela, información turística por medio de códigos QR), actividades culturales, deportivas, de animación para el vecindario, apoyo en los encuentros juveniles en la Choza de Trasmulas, etc. Tres de estos jóvenes, con edades entorno a los 19 años, acompañaron al grupo de La Madraza, durante su visita a Trasmulas; su voluntariado europeo coincide con un año sabático en el que reflexionan y deciden sobre su futuro con el apoyo de tutorías para asentarse en el nuevo país. Los aprendizajes realizados durante las estancias se recogen y documentan en un certificado denominado Youthpass.
El principal motivo de esta visita era conocer una organización de la que tomar ideas relacionadas con “participación”, que es el núcleo temático de nuestra Ecoescuela durante el curso 2023-24. Recogemos a continuación algunas características del trabajo de Intercultural Life:
- Procuran que en los encuentros juveniles haya mucha diversidad humana: gente de distintos países, con diferentes circunstancias socioeconómicas (todo está subvencionado), personas con necesidades especiales, diversidad de orientación e identidad sexual, etc.
- El manejo de diferentes idiomas es una cosa habitual en las actividades de la Choza de Trasmulas. Habitualmente cuentan con personas que traducen.
- Los jóvenes y las jóvenes que participan en las actividades también lo hacen en la preparación de las actividades. Se tienen muy en cuenta sus opiniones y califican de horizontal su modelo organizativo. Intercultural Life se encuentra en los peldaños superiores de la escalera de la participación.
- Conceden mucha importancia al manejo de los conflictos que consideran algo normal y que ayuda al crecimiento de las personas.
- Las actividades participativas suelen tener un impacto positivo en el entorno físico y social; es una participación para la transformación.
El grupo de La Madraza hizo una balance al final de la jornada en el que se remarcaron las interesantes técnicas constructivas de la Choza de Trasmulas; la sorpresa ante las actividades geniales que desarrolla Intercultural Life en un pueblo tan pequeño; la tranquilidad de la vida en el pueblo, lejos del ritmo frenético del Instituto y del ruido; lo agradable que resulta salir a la naturaleza y descubrir animales, plantas y olores; la unión entre el profesorado y alumnado y cómo mejoran las relaciones humanas cuando estamos en el campo. Se destacaron dos momentos entrañables: la visita a la panadería del pueblo gracias a la acogida de la panadera Paqui, tía de Estela Almagro, y el tiempo dedicado a dibujar ante una vista magnífica de Sierra Nevada. Francisco Bazoco subrayó que en la vega que rodea a Granada existen paisajes similares a los de Trasmulas y que podemos disfrutar de ellos, por ejemplo, con un paseo en bicicleta. A algunos adultos esta salida les hizo recordar ambientes y actividades de su infancia. Por último, Olga Martínez felicitó al alumnado por su actitud atenta y de apertura a conocer a compañeros y compañeras de otras clases.
Participaron en esta actividad los siguientes alumnos y alumnas: Adriana Alférez (1º ESO A), Mª Carmen Barranco (1º ESO B), Estela Almagro (1º ESO C), Rosa Ruiz (1º ESO C), Pablo Rabelo (2º ESO A), Nadia Raya (2º ESO A), Adrián Delgado (3º ESO B), Marcos Tamayo (3º ESO C), Sara Cárdenas (4º ESO A), Lola Lupiáñez (4º ESO B), Javier Martínez (4º ESO C), Francisco Dueñas (4º ESO Div.), Paula Cárdenas (1º Bach. A), Laura Muñoz (1º Bach. B), Nacho Jiménez (1º Bach. B) y Elisa Hernández (1º Bach. C). Asistieron también la madre Mª Carmen Puente y los siguientes docentes: Francisco Bazoco, Miguel Ángel Bailón, Inmaculada López, Montse López, Nuria Rojas, Olga Martínez Cárdenas y Pablo Acosta.
Reunión en la sala principal de la Choza de Trasmulas
Alumnas de 1º Bachillerato y alumnos de 2º-3º ESO
Alumnas de 1º y 2º ESO
Anfitrionas, madre y profesorado
Degustando las tortas de Miguel Ángel en la terraza del albergue
Katrin y Nani con Marcos
Marina Mendoza (derecha) con tres jóvenes del voluntariado europeo
Panadería de Paqui