A lo largo del mes de noviembre se ha producido un cambio espectacular en la charca. En los primeros días las ranas se mostraban muy activas y todavía veíamos mariposas revoloteando por las orillas, pero a final de noviembre predominan el silencio y la quietud debido a la llegada del frío. Los carrizos y eneas se han tornado de color pardo destacando las influorescencias en forma de puro, tan características de las eneas.

La composición química del agua está peor que otras veces. Llaman la atención los niveles elevados de nitratos y, sobre todo, de nitritos. Esto se debe a la escasez de bacterias descomponedoras o al exceso de materia orgánica, principalmente hojas de los árboles caídas en otoño.

No damos importancia a los supuestos niveles altos de cloro porque pensamos que es un error recurrente del método ya que la charca no recibe aportes de este elemento químico.

Detalle de enea o espadaña