Volver a ECOLOGÍA

MEDICINA PLANETARIA.

    Pensemos que la Tierra es un paciente que visita una clínica cósmica para realizar su revisión de la mediana edad. El médico planetario visita a un planeta maduro y cómodo que aparentemente goza de buena salud, pero los informes del patólogo y del dermatólogo revelan señales física inusuales. El dióxido de carbono y el metano atmosféricos están por encima de su nivel normal y hay sospecha de fiebre. También se observan ciertos problemas cutáneos: la superficie terrestre muestra áreas descubiertas.

    Gaia sufre “Primatemia diseminada”, una plaga de personas. En cierto sentido, los seres humanos nos comportamos sobre la Tierra como un microorganismo patógeno o como las células de un tumor. Hemos crecido en número y en molestias para Gaia hasta el punto de que nuestra presencia es perceptiblemente discapacitante, como una enfermedad. Y como las enfermedades humanas, hay cuatro resultados posibles: destrucción de los organismos invasores causantes de la enfermedad, infección crónica, destrucción del invasor o simbiosis, es decir una relación duradera de beneficio mutuo para anfitrión e invasor.